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La eurodiputada de IU recuerda en Berlín que es necesario luchar para evitar la pérdida de derechos

La eurodiputada de Izquierda Unida, Ángela Vallina, participó el pasado fin de semana en Berlín en unas jornadas convocadas por la red de Mujer ElFem del Partido de la Izquierda Europea. Dentro de las mismas, fue invitada a hablar sobre el acceso a un aborto seguro en Europa y las políticas de la derecha, en una reunión organizada ante decenas de activistas, representantes políticas, y personalidades de la investigación social.

En dicha charla, junto con compañeras portuguesas y griegas, se explicó la trayectoria de luchas y conquistas para garantizar un acceso seguro y de garantías al ejercicio de un derecho que, en palabras de Vallina, “se trata de una decisión muy dura de tomar”.

Vallina recordó que ya en la II República se aprobó la primera legislación despenalizadora del aborto. Con el franquismo este derecho fue perdido y la planificación de la familia fue un modelo de Estado, ya que, por ejemplo, los anticonceptivos estaban prohibidos. “Tuvimos que esperar casi medio siglo para recuperar, al menos en parte, nuestros derechos de libertad sexual y reproductiva”, gracias a la Ley del año 1985, reflexionó.

Posteriormente, la reforma del año 2010 dio más garantías jurídicas y, sin embargo, “las cifras de abortos se mantuvieron en niveles muy similares a los existentes antes de la reforma”, pese a la alarma de los “contrarreformistas”, explicó.

La eurodiputada asturiana plasmó ante el auditorio “la visión subalterna de la mujer como un elemento al servicio del hombre” que dan en el Estado español la derecha política, en connivencia con la jerarquía eclesiástica. Prueba de ello es que la última reforma planteada por el exministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, planteaba “penalizar y criminalizar a la mujer”, tal y como el obispo de Alcalá, José Antonio Reig Pla, reclamó en unas durísimas declaraciones contra las manifestantes.

A pesar de ello, Vallina quiso destacar la lucha de las miles de mujeres que participaron en la marcha para parar la reforma, en febrero de este año. “Es necesario tejer un frente internacional progresista, generar un tren europeo de la libertad” (en referencia al Tren que salió desde Gijón a Madrid para la marcha). Por último, pidió estar alerta y apeló a que “todas las personas se conviertan en agentes de agitación social”, frente a la regresión de derechos y la imposición patriarcal hacia las mujeres en todos los ámbitos de sus vidas, porque "cuando a algunos se les llena la boca proclamando la igualdad, se ve que ninguno de los derechos obtenidos está consolidado para siempre".