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Colas de hasta 40 minutos para acceder a la capilla ardiente, por la que han pasado las máximas autoridades políticas, así como representes sindicales, empresariales y sociales

La militancia de IU se vuelca para acompañar y arropar a la familia del Alcalde en unas jornadas de gran emotividad

Miles de personas han pasado desde ayer por la capilla de Aníbal Vázquez, para testimoniar su afecto a la figura del regidor que, probablemente, será recordado como el más querido de la historia de Mieres. Dirigentes políticos, pero también del mundo sindical, económico y social han pasado por el Ayuntamiento, en el que, junto a la familia, Ovidio Zapico y Beatriz González, como coordinadores autonómico y local, han recibido las condolencias por la pérdida del dirigente.

Una auténtica marea de personas que ha llegado a aguardar hasta 40 minutos para poder rendir este postrer homenaje a un hombre cuya personalidad se podía ver en Mieres, en forma de cientos de crespones negros que, a modo de despedida, aparecían en los escaparates de la Villa.

La larga experiencia sindical de Aníbal Vázquez se notó también en la capilla ardiente, con la presencia del los máximos dirigentes de CC OO Asturias, con su secretario general, José Manuel Zapico, y el secretario general de Industria, Damián Manzano.

El Presidente del Principado, Adrián Barbón, visiblemente emocionado, recordaba cómo había conocido a Aníbal Vázquez y el tiempo compartido cuando ambos eran alcaldes y les tocó afrontar la liquidación de la minería del carbón.

También pasaron por la capilla ardiente el presidente de la Junta, Juan Cofiño, y la delegada del Gobierno, Delia Losa, así como buena parte del equipo de Gobierno de Asturias, como las consejeras de Derechos Sociales y Bienestar, Melania Álvarez, y de Sanidad, Concepción Saavedra.

A lo largo del estas dos primeras jornadas, los portavoces parlamentarios de los grupos con representación en el Parlamento de Asturias, han ofrecido también sus condolencias. El portavoz de Foro, Adrián Pumares, acudió a la capilla ardiente ayer, y a lo largo del día de hoy, lo hicieron Dolores Carcedo, del PSOE; Alvaro Queipo, del PP, o la diputada del grupo mixto Covadonga Tomé.

A primera hora, pasaba por el Salón de Plenos el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Jesús María Chamorro González.

Una lista innumerable de testimonios y, entre ellos, el del presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, Carlos Paniceres.

IU, de luto

De Izquierda Unida, la marea de personas ha sido incesante, tanto de militantes que llegaban costernados como de dirigentes llegados no sólo desde los distintos concejos de Asturias, sino de IU Federal. Así, si ayer se desplazaba desde Madrid el secretario de Organización, Ismael González, hoy lo hacía el secretario de Política Municipal, Rubén Pérez. Las muestras de afecto y de tristeza han llegado por todas las vías.

También han pasado por la capilla ardiente sus compañeros y compañeras en otros ayuntamientos, desde la alcaldesa de Lena, Gema Álvarez Delgado, hasta los del resto de concejos en los que Gobierna IU. Así mismo, concejales de la formación en toda Asturias han querido acercarse hasta Mieres, con un sentimiento general de tristeza por la pérdida de un compañero y de un referente del municipalismo asturiano.

Un alcalde bueno, un hombre mejor.

Aníbal Vazquez se va pero su legado queda. El afecto de vecinos y vecinas de mieres llegaba en forma de largas colas, crespones negros en los comercios y flores, muchas flores que ocupaban todas las estancias del Ayuntamiento, pero también sus soportales. No extraña, dada la trayectoria del regidor que supo ganarse la confianza de sus conciudadanos con una gestión trasnparente, participativa y en la que jamás rehusó el debate, gracias a una personalidad sin dobleces, franca y que hicieron de el un alcalde bueno, pero una persona aún mejor. Al menos, esa era la opinión de quienes pasaban por la capilla ardiente, tanto personas de proyección pública como vecinos y vecinas quienes, en algunos casos sin poder reprimir las lágrimas, recordaban anécdotas de un Aníbal Vázquez que sabía combinar firmeza, humor y la palabra justa para cada persona.