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11/11/1111

Intervención de Emilia Vázquez, diputada de IU-BA-Verdes, en la aprobación de la Ley de Igualdad

En el ejercicio del uso de la democracia, de lo cual nos tenemos todos que congratular, cada uno es dueño y dueña de sus argumentos y, por lo tanto, puede usar los que le convenga y como le convenga.

Eso no los hace reales. Y en lo que a esta Ley corresponde en mi opinión, y trataré de ir argumentándolo a lo largo de mi intervención, los argumentos expuestos aquí por la Diputada del Grupo Popular tienen más que ver con una situación política concreta que con el contenido y el desarrollo de esta Ley. Admito, como dije al principio y por eso respeto que está en su derecho, pero el mismo derecho tengo yo a opinar y tiene mi Grupo Parlamentario a opinar sobre el contenido, la realidad y los aspectos positivos y encomiables que a nuestro modo de ver tiene esta Ley.

Decía la señora Consejera en la presentación, y yo lo voy a repetir aunque sea una obviedad, que los hombres y las mujeres somos diferentes. Es una obviedad, salta a la vista. Somos diferentes. Por fuera y por dentro. En lo que se ve y en los procesos que no se ven. Diferentes, que no desiguales. Y eso que es tan obviedad, resulta que es la base de lo que nos trae hoy aquí a defender y a aprobar este Proyecto de Ley.

Las mujeres y los hombres existimos desde que existe la especie humana, pero todavía hace 80 años en el Parlamento constituyente de este país, se discutía si se podía dar el voto a una mujer antes de los 45 años, puesto que hasta esa edad su biología, su capacidad reproductiva con todo lo que conlleva, obnubilaba su cerebro. Hace 80 años, Señorías.

Es decir, ayer como quien dice. Es verdad que luego llegó un infausto general y nos igualó a todos y todas, nos quitó los derechos y las libertades y ya no votó nadie más, ni con juicio ni sin él. En los últimos 30 años, con el restablecimiento de los derechos y libertades, y por lo tanto de la democracia en este país, hemos avanzado yo diría que lo que no está escrito.

Hemos dados pasos de gigante. Y me van a permitir Señorías que insista que lo dice una mujer como yo que vivió los tiempos negros y que vivió lo que era considerarse igual y ser tratada de manera diferente todos los días y en todos los ámbitos. Es cierto que lo que hemos conseguido es la igualdad formal, es cierto.

Si no no tendría objeto que estuviéramos aprobando o discutiendo hoy aquí esta Ley. Pero es cierto que esta igualdad formal que nos abre el camino es imprescindible que se apoye en leyes, en leyes como la que vamos, espero, a aprobar hoy en esta Cámara y en leyes como las que hemos aprobado con anterioridad. Sirva a modo de ejemplo Señorías la composición actual de esta Cámara. Hasta que no se aprobó una ley electoral que establecía unos cupos del 60-40 entramos de 5 para obviar eso tan socorrido de "bueno, primero seis hombre y luego cuatro mujeres", en esta Cámara en la Legislatura última antes de esa ley había 12 Diputadas. En la Legislatura actual, aquí, hoy, en esta Cámara hay 19 Diputadas.

A nadie se le ocurre pensar que es que antes de la ley las mujeres éramos más tontas y después de la ley con la ley nos vino la inteligencia y la capacidad. Por lo tanto las leyes ayudan, ayudan. Son necesarias, no son la panacea pero son las base imprescindible. Por lo tanto, como también decía la Consejera, los acuerdos de Gobierno de mi Partido, de mi coalición parlamentaria y el Partido Socialista, iba incluida la aprobación, la presentación y en su caso aprobación de esta ley.

Nos decía la señora Diputada del Partido Popular que ciertamente no la voy a desmentir, es verdad, en el transcurso del debate parlamentario de esta Ley, hubo momentos tensos. Permítanme que les diga que esos momentos tensos en mi opinión responden, por un lado, a la dinámica de las diferencias entre los distintos Partidos que componen esta Cámara, lógico y normal también en democracia, y también al hecho de la ley que se estaba discutiendo y de los agentes en ellas.

Porque hasta en eso, Señorías, hasta en eso, la desigualdad opera y no todo el mundo, y hablo trasversalmente, en los distintos partidos, ve con la misma intensidad, con la misma emoción o con la misma determinación todas las leyes. No es ni más ni menos que el proceso habitual que produce una sociedad desigual. ¿Pero cuál es la conclusión, que para nosotras y nosotros estimo también es lo importante? Que a pesar de todas las incidencias que pueda haber habido en la tramitación, hoy tenemos aquí la Ley.

La tenemos antes de que acabe la Legislatura. Cumplimos con los acuerdos. Podía haber sido antes, efectivamente, yo entiendo que la igualdad tenía que haber sido hace siglos no a esperar ahora, pero en ello estamos. Nos decía también la señora Diputada del Partido Popular que la Ley está llena de "promoverán", "incentivarán", "ayudarán", "no sé que". Bueno, es cierto, como todas las leyes. Porque las leyes lo que no pueden ser son martillos encima de las cabezas de las personas, ni de los hombres ni de las mujeres. Pero no solo eso dice la ley, es más, yo cuando la estaba escuchando, abro la ley por el final, por mirar, y encuentro: Artículo 43, planes de igualdad en la Administración del Principado de Asturias.

La Administración del Principado de Asturias y sus organismos públicos deberán elaborar y aplicar un plan de igualdad. Bueno, eso que yo sepa es más que promoverán, intentarán, sugerirán, manifestarán. Por lo tanto, de las dos cosas hay en la ley, efectivamente, de las dos. Pero esta ley incorpora aspectos que no los acabamos de descubrir, no son ninguna novedad, simplemente no se hacen, los incorpora para que lo hagamos, incorpora aspectos como la transversalidad en el tratamiento del tema de la mujer, que a mí me parece esencial en cualquier política de igualdad.

Igualdad de trato y oportunidades en la actuación de la Administración del Principado de Asturias, que es, efectivamente, donde la ley puede imponer con esa claridad el hecho, equilibrio en el nombramiento de altos cargos, informes de impacto de género en todas las tramitaciones de proyectos de ley, de decretos, de planes, etcétera. Integra el principio de igualdad en todas las políticas públicas y no me voy a detener más porque la Consejera lo explicó en su intervención.

Para nosotros, para mi Grupo Parlamentario merece una especial atención los títulos 2 y 3, que hablan de la igualdad de oportunidades en el empleo y el derecho al trabajo en igualdad, porque si bien es cierto que no se discute que hombres y mujeres somos desiguales por biología, sí que es verdad que eso, y especialmente en el mundo del trabajo y en el mundo del cuidado sigue siendo un hándicap, mujeres en edad reproductora, mujeres que cuidan hijos, mujeres que cuidan padres, suegros, personas dependientes, son mujeres con dificultades o con imposibilidades de acceder o de permanecer en el mercado de trabajo.

Hay un dato en las últimas estadísticas que resulta revelador en esta línea. En la franja 35 a 44 años de edad trabajan el 82% de los hombres y el 66% de las mujeres. Por lo tanto entendemos que esos dos títulos, junto con el que contiene medidas para conciliar la vida familiar y laboral, es decir, el cuidado, la atención, el reparto tienen, a nuestro modo de ver, especial incidencia.

En lo que respecta a mi Grupo Parlamentario, hemos tenido, hemos hecho especial hincapié en algo que reflejaba, de alguna manera, el ponente o el interviniente por el Grupo Mixto entendemos que en nuestro caso respondía al hecho de nuestra intención de que visibilizara el colectivo del que voy a hablar a continuación y por eso lo llamamos a comparecer en las comparecencias previas a la elaboración de esta ley, que es todos aquellos aspectos de discriminación y desigualdad que tienen su motivo en la orientación sexual o identidad de género.

Es cierto que  hemos sido, yo creo, coherentes y cuidadosos a la hora de visibilizar este problema, esta discriminación añadida en todos aquellos artículos que entendíamos tenían cabida, los que hacen referencia a las políticas sanitarias, a las políticas educativas, a las políticas de bienestar social, a las políticas de defensa contra la violencia, porque entendemos que si bien es un aspecto que afecta, como casi todos los sociales, por otra parte, a hombres y mujeres, es cierto, y así nos lo reflejaban el grupo de mujeres .........que intervinieron, pertenecientes a la organización Sega en las comparecencias, si partimos de una situación de desigualdad, cualquier aspecto que añada profundidad a esa desigualdad sitúa a las mujeres en una mayor indefensión y en una mayor vulnerabilidad. Por eso hemos querido visibilizar esta desigualdad, meterla en los artículos, insisto, que cabían y hacer de ello una batalla en el cumplimiento y desarrollo de esta ley.

Respecto a las enmiendas presentadas por el Grupo Popular  no me voy a referir con detenimiento a cada una de ellas, pero sí que voy a decir ciertamente que desde mi Grupo Parlamentario hemos apoyado aquellas que considerábamos que enriquecían el texto, aclaraban algunos asuntos o pormenorizaban en cosas que podían haber quedado poco explicadas, mientras que hemos rechazado otras que nos parece o bien que no añadían absolutamente nada a lo que ya estaba escrito, como puede ser, por ejemplo, en el tema de las mujeres rurales, donde la ley contempla 2 puntos, 2 párrafos dentro de un punto, donde detalla, a nuestro modo de entender, claramente que se quiere conseguir para las mujeres del mundo rural, mientras que la redacción alternativa que se proponía no introduce ni una sola cosa nueva, reduce alguna de las que hay y, en nuestra opinión, no quedaba, por lo menos lo que nosotros pensamos que tiene que ser la política para el medio rural perfectamente definida.

No hemos apoyado, por supuesto, aquellas enmiendas que se refieren bajo, vamos a decir, la intención de proteger a la maternidad, lo que se refieren en realidad es al recorte de derechos a las mujeres. Y eso, Señorías, no lo vamos a consentir en ningún caso, al menos con nuestro voto. La garantía de acceso a la interrupción del embarazo es una garantía por ley, pero además es una garantía por derecho.

Hurtarle a una mujer su capacidad de decisión respecto a su embarazo es hurtarle un derecho elemental, incluso aunque esa mujer esté al borde la exclusión, porque estará al borde la exclusión pero no habrá perdido la capacidad de decidir. Los hombres al borde la exclusión a nadie se le ocurre que haya que tutelarles el voto por si acaso no lo hacen bien. Pues esto afecta a las mujeres en general, sean premios Nóbel o estén al borde la exclusión. Por lo tanto, no lo podemos apoyar. Igual que no consideramos oportuno apoyar la inclusión de la FADE en concreto, que fue quien lo pidió en las comparencias previas, en el Consejo Asturiano de la Mujer. En el Consejo Asturiano de la Mujer están representadas las mujeres empresarias sin ninguna restricción.

Los empresarios masculinos tienen sus ámbitos de diálogo, tienen sus ámbitos de debate y tienen sus ámbitos de acuerdos. Y lo mismo que metíamos a la FADE podíamos meter a las Cámaras de Comercio y podíamos meter a cualquier asociación de empresarios que tuviera a bien participar. Frente al criterio de que lo mucho abunda, yo creo que abunda en cantidad pero a veces oscurece en calidad y oscurece en claridad a la hora de tomar decisiones.

El famoso tema del presupuesto. Aquí sí que la señora Diputada, como decía antes mi compañera, se ha puesto la venda antes que la herida. Dice: No me acuséis de lo de trasversal, que eso no vale para nada. Bueno, pues es una opinión, respetable, lo dije al principio y lo voy a mantener hasta el final, pero errónea a nuestro modo de ver. No concebimos una Comunidad Autónoma que tenga el presupuesto por ley, es tanto para esta ley, tanto para esta otra, tanto para esta otra, y que aquellas cosas que o bien no se regulen por ley o bien se regulen mediante mecanismos distintos y transitorios no estén contemplados en el presupuesto.

Podemos compartir, sería quizás hipócrita por mi parte no decirlo, podemos compartir la preocupación de la Diputada en cuanto a los cauces de financiación para esta ley, como para otras, en tiempos difíciles, pero también a la vez que compartimos esa preocupación entendemos que la enmienda que presentaba el Partido Popular no iba a suponer, en principio, una mejor financiación y, desde luego, está en contra, como digo, del principio que nosotros entendemos para financiar una Comunidad Autónoma en todas sus políticas. Bien, como me voy quedando sin tiempo, mejor dicho ya me quedé, no voy a seguir discutiendo las enmiendas. Me remito a lo dicho anteriormente, todas aquellas, fueran del Partido Popular, como de cualquier otro partido, que entendíamos que mejoraban el texto, la hemos aprobado. En las que no, vamos a mantener nuestro voto negativo.

Que no es la mejor ley del mundo, estoy segura. Que con más tiempo igual habríamos pormenorizado más en otros aspectos, también estoy segura. Pero es que la condición humana es ésta, es hacer lo mejor que puede en el tiempo de que dispone y mejorarlo en el transcurso del tiempo.

Por todo ello entendemos que el texto que hoy se nos presenta ante esta Cámara es una herramienta más para construir el camino que nos lleva a la igualdad, a una sociedad mejor.

en este camino ganamos las mujeres y los hombres, ganamos todos. Ganamos todos porque cambiamos las relaciones sociales por otras más amables y más justas, y por lo tanto, mejores para todos nosotros como seres humanos que somos: jerárquicos, no; diversos, sí. Vamos a votar por ello favorablemente a esta... proyecto de ley, o a esta ley.

Y también manifestamos nuestro compromiso con la representación que los votantes nos concedan en la próxima Legislatura de que la ley ni quede en papel mojado ni duerma el sueño de los justos, sino que se empiecen a poner en marcha en la próxima Legislatura todas y cada una de las medidas que en ella se contienen.

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