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La eurodiputada de IU defiende que la Comisión Europea, con sus políticas de austeridad, no hace sino ampliar la brecha económica y social entre las regiones europeas, lo que impide que se cumpla el verdadero objetivo de los fondos de cohesión: reducir las diferencias y el retraso de las regiones menos favorecidas.

La eurodiputada de Izquierda Unida Ángela Vallina ha exigido esta mañana a la Comisión Europea un compromiso firme para dedicar las políticas de cohesión de la Unión Europea al que debe ser su objetivo último: “Reducir las diferencias entre las diversas regiones y el retraso de las regiones menos favorecidas”. Un objetivo que, sin embargo, se convierte en una quimera cuando al mismo tiempo que se conceden estos fondos, desde Bruselas se imponen políticas de austeridad que asfixian a los Estados y que impiden su desarrollo.

“Creo que estamos desviando mucho el foco de atención con debates sobre si es mejor aplicar subvenciones o instrumentos financieros, o en qué porcentajes unos u otros tienen su mayor efecto, o cuál es el nivel de asistencias técnicas que hacen falta”, ha advertido esta mañana durante un debate conjunto en Estrasburgo sobre las políticas de Cohesión en la UE. Un debate que, en su opinión, debería haberse “focalizado en otra prioridad”: las desigualdades.

La eurodiputada ha recordado que la UE “sigue estando duramente dividida entre regiones de primera y de segunda”, que dan un uso muy desigual a los fondos de cohesión. Por ejemplo, “tenemos a un lado unas regiones muy capacitadas para gestionar inversiones y pedir fondos” y que además “conocen a la perfección qué instrumentos son los más adecuados para sus intereses”.

En el otro, regiones “de segunda”, que “no tienen el conocimiento, ni la capacidad técnica, ni financiera siquiera para solicitar fondos o directamente para gestionarlos”. Pero en esta categoría hay, además, “regiones que no pueden acceder a gran parte de dichos fondos porque desde la propia Unión Europea, que se vanagloria de sus maravillosas políticas de cohesión, se les imponen medidas de austeridad”.

Estas medidas “se cargan sobre los bolsillos de la gente corriente” y están “limitando terriblemente a las administraciones locales”, que al fin y al cabo, “son las más cercanas a la ciudadanía”. Este es el caso del Estado español, donde la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, conocida como la Ley Montoro, ahoga a los municipios hasta el punto de no poder invertir en políticas sociales incluso teniendo superávit en sus cuentas.

Y esta situación, que viene marcada por la insistencia de Bruselas en seguir aplicando medidas de austeridad para controlar el déficit, deja “una Europa que salva grandes bancos, permite paraísos fiscales y favorece aún más la brecha económica existente”.

Vallina ha defendido con rotundidad que “es aquí donde tenemos que poner toda nuestra atención”. “Si de verdad pretendemos que las políticas de cohesión cumplan su objetivo, debemos actuar de forma urgente. Debemos actuar ya”, ha sentenciado.