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Ángela Vallina defiende un relanzamiento del sector industrial como paso imprescindible para revertir el desplome demográfico

La formación reivindica una reforma de la Administración que perita luchar contra la burocracia en materia social como prioridad

Izquierda Unida ha aprovechado hoy la oferta de una “agenda del cambio” ofrecida ayer por el presidente de Asturias, Adrián Barbón, para reclamar un “cambio de agenda” en las prioridades del Gobierno de Asturias, que permita anclar en el centro de la política gubernamental “el corazón industrial”. Sin ello, ha alertado la portavoz de la formación, Ángela Vallina, “no habrá cambio demográfico”, por lo que ha reclamado la convocatoria inmediata de la Alianza por la Industria con el fin de reorientar la acción del ejecutivo en esta materia, pero, también, para resituar el control de los fondos europeos.

Asturias, ha pedido la portavoz de IU, debe afrontar la reforma de la administración, comenzando por los servicios sociales y aligerando, ahí de forma prioritaria, la burocracia. Con este fin, Vallina, ha pedido a Barbón que acepte la propuesta de ley para convertir la declaración responsable en el método habitual de solicitud de las ayudas sociales.

“No es aceptable, no es ético y no es posible que miles de solicitantes de las ayudas para el alquiler de vivienda dependientes de su Gobierno, miles, lleven esperando año y medio para saber si se las van a recibir o no, y estén con la espada de Damocles de si van a promover contra ellos juicios de desahucio por no poder pagar el alquiler o no van a poder pagar la luz y la calefacción. Esa es una burocracia inaceptable porque afecta a la vida de las personas más vulnerables”.

Frente a los mensajes catastrofistas, ha enfatizado Ángela Vallina, “creemos que hay motivos para la esperanza, pero para ello también es imprescindible la capacidad de análisis, reconocimiento de los errores y de la negociación con otras fuerzas progresistas para reorientar el esfuerzo político”.

Y en esos cambios necesarios, la diputada ha defendido la necesidad de apuntalar el sistema educativo y el sanitario. En este sentido, ha criticado la apertura de un nuevo hospital privado en Gijón que, a su juicio, es posible, precisamente, por el deterioro de la sanidad pública.

En este último debate de orientación, los grandes objetivos con los que arrancó el Gobierno su andadura, siguen pendientes, ha afirmado Vallina, para quien la legislatura podría calificarse de malograda o fallida, ya que los grandes temas quedan pendientes, entre ellos también el de la fiscalidad, para lo que reclamó un estudio que permita lograr un modelo equitativo y progresivo. Frente a las rebajas fiscales, que impedirían mantener un Estado de Bienestar fuerte, Vallina ha defendido que se exploren tributos como la “ecotasa”, al igual que ya sucede en otras comunidades autónomas y que debería revertir en el propio sector turístico.

En este fin de legislatura, Ángela Vallina ha pedido un “compromiso” firme para revertir el retroceso en materia de igualdad que se ha registrado desde 2014 a la actualidad. En aquel año, el tiempo que se estimaba para conseguir la igualdad efectiva era de 96 años; en estos momentos, ese horizonte temporal se ha triplicado.

IU ha reivindicado, además, la necesidad de medidas y acuerdos que vayan más allá de la legislatura para poder continuar, tras las elecciones, con un proceso de cambios que sirvan para recuperar el pulso de la economía asturiana y revertir el desplome demográfico.

En el debate, Ángela Vallina, ha querido también hacer una mención a la guerra de Ucrania, denunciando que no se trata de un conflicto ni por la democracia, ni las libertades, ni los derechos humanos, sino por “intereses espurios” de unos pocos. No tiene que extrañar, ha asegurado la diputada, “porque la Unión Europea no ha sido precisamente en los últimos años una garantía de defensa de la democracia ni de protección de los derechos humanos ni en el norte de África, ni en Arabia ni Afganistán. Incluso ha apoyado a países que son campeones en vulnerar derechos elementales, incluyendo el derecho a la vida de muchas niñas y niños palestinos. Estamos ante una guerra inmoral, que está acabando con la vida de miles de personas en Ucrania, pero que se está llevando por delante el bienestar y el futuro de las clases medias y trabajadoras de nuestro país, y de otros muchos, a cuenta de engordar de manera obscena los beneficios de las petroleras, de las eléctricas y ahora también de los bancos. Esta guerra está sirviendo para justificar lo que la izquierda siempre consideró injustificable: el crecimiento de la industria armamentista, el incremento del gasto militar, el belicismo en la orientación de la política internacional”.