Servicios públicos en España: la explosión controlada
2 de Octubre de 2011
Maria del Carmen Barrera Chamorro
SecretarÃa de Acción Sindical Federación de Servicios Públicos de UGT
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El verdadero motivo de la Reforma Constitucional está en su cometido: limitar el déficit. El déficit se vuelve neutro, sólo resultado de sumas y restas, perdiendo el nominativo al que obedece. A partir de ahora el déficit no va a entender de prioridades del gasto de los fondos públicos, sólo de esta caracterÃstica finalista y neutra: déficit cero. Las polÃticas públicas, por el mismo mandato constitucional, serán polÃticas no deficitarias, nada más; ni sociales, ni igualitarias, ni solidarias, ni distributivas, ni vertebradoras…Todo esto se cambia por la neutra condición del déficit.
La reforma de la Constitución es una mina más en el camino hacia el nuevo modelo emergente tras la crisis y tiene una importante carga simbólica. Esta no es, como se nos dice, el mensaje que manda a los mercados (que al parecer además, estos no han debido oÃr) , sino su mensaje hacia la ciudadanÃa: las reglas que rigen nuestro estado están cambiando; si se ha podido reformar la Constitución en tres dÃas, todo es susceptible de cambio: Desde la titularidad de los servicios públicos (de públicos a privados) , el acceso a los mismos (de universal a mediante pago o copago) y las relaciones laborales de los empleados públicos . Y todo ello para, tras esta nueva explosión, dar paso a la externalización de servicios, la privatización (los servicios deficitarios no se podrán mantener, según marca ahora la Constitución), en definitiva a que el capital, se quede definitivamente con el negocio de lo público, que lo es y mucho. Está medido en los paÃses desarrollados que el sector público supone entre el 30% y el 50% del PIB y es el más importante generador de empleo y dinamizador de la actividad económica del estado.
Y es que si algo queda claro es que nada ni nadie, en torno a los Servicios Públicos tal y como los conocemos, está a salvo del cambio. Y si algo podemos vaticinar como resultado de esta crisis, no es un nuevo modelo productivo, sino un estado del bienestar, unos servicios públicos que no volverán a ser los de antes de la crisis. Y todo ello, impulsado en gran medida por el cambio en nuestra Carta Magna.
Ojalá, al igual que en la etapa de la transición democrática española, donde la participación y movilización ciudadana fue el detonante para la cristalización del texto constitucional, ahora la ciudadanÃa motivada por la falta de respeto polÃtico hacia el espÃritu de esa soberanÃa popular contenido en la Constitución , vuelva a tomar las calles, eso si , no en explosión controlada, sino como una marea humana total, justificadamente y democráticamente motivada, pues luchar por un futuro mejor tiene que ser una máxima solidaria hacia todos nosotros. Y está claro que el modelo emergente solo traerá un futuro mejor para unos cuantos, los que controlan la explosión y a su vez hallan riqueza en el expolio de personas, bienes, derechos…hasta de paÃses enteros. Por tanto, sobran motivos para explotar las calles movilÃzate!!