Conflictividad social y lucha de clases
29 de febrero de 2012
Conflictividad social y lucha de clases, de Juan Laborda en vozpopuli.com
En España ni las ideas, ni los análisis, ni las medidas económicas y sociales que se están aplicando son acertadas. Cada día que pasa se constata como el bienestar de los ciudadanos disminuye a marchas aceleradas, parejo a un deterioro sin parangón en la evolución de los indicadores macroeconómicos y sociales. Y lo peor está aún por llegar. Por eso sorprende los análisis vacios por parte de aquellos que tratan de explicar el aumento de la conflictividad social utilizando el recetario político e ideológico.
Los ciudadanos, al margen de sus ideas políticas, ya no aguantan más, y da igual quien esté en el poder. La asunción de una serie de políticas económicas por parte del actual gobierno y del anterior, reflejan en realidad el sometimiento de la política a la clase dominante. Es la clase dominante, el capitalismo financiero, quien determina y quien marca lo que en última instancia hacen los gobiernos, especialmente, aunque no solo, los de ideología conservadora. Un ejemplo es la actual reforma del sistema financiero refrendada por los dos grandes partidos políticos españoles, PP y PSOE.
Las élites de nuestro país han impuesto la austeridad económica para mantener sus privilegios. Son los ciudadanos quienes están pagando en última instancia los excesos de estas élites a través de recortes salariales, aumentos de impuestos, y un deterioro de los servicios públicos básicos, como la salud y la educación. Como consecuencia se está produciendo una quiebra social de tal intensidad, que al final, y como consecuencia lógica, se trasladará a una profunda conflictividad. Se trata de una pura y dura lucha de clases.
No hace falta inventar nada nuevo, sino simplemente ver que experiencias recientes ante una situación similar a la nuestra han tenido éxito y replicarlas.
A finales de 2011 uno de los mayores expertos de crisis de balances, el economista jefe del banco de inversión japonés Nomura, Richard Koo, en una conferencia impartida en Madrid, habló sin ambages de que la Unión Europea debería establecer si hiciera falta control de capitales. Ante la reacción de cierta audiencia neoliberal no se anduvo con rodeos, “si quieren suicidarse allá ustedes”.
La alternancia política perjudica seriamente la salud… del déficit, de Javier Ruiz en vozpopuli.com
Los profesores de contabilidad describen su ciencia como una ciencia exacta: “dice exactamente lo que se quiere que diga”. Las cifras del déficit autonómico presentadas por Hacienda hacen sospechar de que eso está ocurriendo a nivel autonómico. Los gobiernos que se han mantenido en el poder aseguran que su déficit se mantiene o incluso mengua, mientras que sólo donde ha habido alternancia, el déficit se dispara.
Los únicos gobiernos que admiten que ha aumentado el déficit en sus regiones son aquellos en los que ha habido alternancia política.
El análisis de esta coincidencia político-contable sólo admite dos explicaciones: o quienes llegan usan criterios contables que les favorecen (como denuncian quienes son desalojados del poder) o quienes se marchan ocultan un déficit que sólo es desenmascarado por los nuevos gestores (como reclaman quienes acceden al gobierno). Los gobiernos han dado las dos: quienes han dejado el poder denuncian que los nuevos retrasan la contabilidad de los ingresos e inflan el déficit, tal como sospecha Bruselas. Quienes llegan, aseguran que afloran gastos no reconocidos ocultados por sus antecesores. Sea como fuere, la contabilidad del Estado queda en cuestión porque refleja una arbitrariedad en un lado o en el otro.