Los espectros del 15-M
14 de mayo de 2012
Los espectros del 15-M, de Germán Cano en El País
El movimiento de los indignados no sólo ha representado la opción contrapuesta a la política del miedo y del repliegue a lo privado. Es la construcción a tientas, experimental, de prácticas de solidaridad
No abogando por el “cuanto peor, mejor”, sino por visibilizar el marco de lo común paulatinamente desolado por unas prácticas neoliberales tanto más envalentonadas cuanto más responsables de la crisis, el 15-M no solo ha abierto una gran fisura en el horizonte hegemónico del capitalismo actual; lejos de fomentar el esnobismo del precarizado herido en sus antiguos privilegios y el culto a los líderes, se ha instalado en esta desertización de lo social con el propósito de cuidar del espacio público. Frente al incesante desnudamiento neoliberal que extrae fuerza viva de trabajo al precio de desgarrar el tejido social, el 15-M ha tratado de empoderar y revestir los cuerpos, llamando la atención sobre los entornos secuestrados. Por todo ello caricaturizaríamos el 15-M si lo definiéramos simplemente como una reacción en masa frente al malestar producido por un horizonte de demandas o expectativas no cumplidas y no acertáramos a ver en él un cierto movimiento político desde el que se denuncian como ficciones las posibles soluciones neoliberales de la crisis. Esas con las que los mismos pirómanos tratan ahora de legitimarse como bomberos.
Germán Cano es filósofo.