El 20D vota por un paÃs mucho más habitable, otro paÃs verdaderamente nuevo
17 de diciembre de 2015
La trampa del ‘voto útil’. Razones para votar a Alberto Garzón
Javier Gimeno Perelló
Bibliotecario y filólogo. Universidad Complutense
nuevatribuna.es
Se ha hecho costumbre en perÃodos electorales, entre gentes que se reclaman de la izquierda, hacer desesperados llamamientos al voto útil, cuya única finalidad –se dice- es impedir que gobierne la derecha, y en situaciones como la actual, que gobierne de nuevo.
Tales envites encierran, a nuestro juicio, una trampa: la de sustraer el voto de candidatos cuya trayectoria de compromiso y lucha con los más desfavorecidos está demostrada con sus propias prácticas y un discurso coherente sin medias tintas, como es el caso de Alberto Garzón. Ello en virtud de un pragmatismo alentado por las encuestas y las exclusiones de candidatos como Garzón en los debates-espectáculo televisados, según los cuales, las únicas opciones posibles son cuatro, siendo una sola la única genuinamente de izquierda.
Pues bien, quienes aún creemos en opciones de izquierda sin eufemismos ni principios grouchomarxistas, entendemos que el voto verdaderamente útil es aquel que da su plena confianza a quienes mantienen un discurso y una práctica de lucha coherente, no a quienes buscan el voto a cualquier precio en el uso de tácticas oportunistas o afán de ocupar un centro polÃtico de cuya rancia naturaleza bien sabemos.
Porque no podemos olvidar los referentes consustanciales a la izquierda, y por eso consideramos que tales referentes se mantienen vivos en el proyecto de nuevo paÃs que propone la Candidatura de Unidad Popular encabezada por Alberto Garzón. Un nuevo paÃs en el cual nadie va a quedarse en la calle por culpa de un desahucio ordenado por una justicia al servicio de intereses espureos; nadie va dejar de tener las prestaciones básicas imprescindibles para una vida digna de salud, educación, servicios sociales o acceso a la cultura; nadie que no tenga trabajo va a dejar de tener oportunidades para encontrarlo y subsidios mientras no lo tenga; los derechos de los trabajadores serán reconquistados y consolidados; un nuevo paÃs en el cual la calidad de los servicios públicos va a estar garantizada, los recursos en I+D+i a la altura de los paÃses más avanzados en investigación; la universidad pública basada en la calidad académica y cientÃfica, la transparencia y la gestión democrática, cuyo acceso quedará asegurado; un paÃs nuevo que velará por conservar su patrimonio histórico y priorizará la educación laica de calidad, desterrando la cultura-espectáculo; donde la cooperación al desarrollo será instrumento eficaz de solidaridad internacional hacia el horizonte nunca alcanzado del 0,7; un paÃs cuyo objetivo económico no será el enriquecimiento de unos pocos a costa de muchos sino el bienestar de todos, y la protección del medio ambiente una de sus grandes prioridades; un paÃs cuyas mujeres y hombres tendrán garantizados todos sus derechos, y aquéllas no serán discriminadas en ningún ámbito, la persecución de la violencia de género será implacable sin escatimar recursos… y un largo etcétera que hará del nuestro un paÃs mucho más habitable, otro paÃs verdaderamente nuevo, fieramente humano.
El verdadero voto útil es aquel que expresa el sueño de muchos, y especialmente de los más desposeÃdos. Los votos a otras candidaturas cuya única prioridad es ganar unas elecciones a costa de tacticismos pragmáticos y llamadas al voto útil, nada tiene que ver con aquellos referentes que han caracterizado y definido a la izquierda a lo largo de su historia y son, en definitiva, el único motor de transformación social.